Padres preocupados, hijos sin clases: el retroceso silencioso de la educación pública en San Isidro
La infraestructura escolar se desmorona. Padres denuncian techos que se caen, viandas en mal estado y obras suspendidas sin explicación. La nueva gestión dejó de invertir en mantenimiento y el sistema educativo público empieza a pagar el precio.
Para los adultos que hoy tienen hijos en edad escolar, lo que ocurre en San Isidro no es solo una preocupación: es una angustia diaria. Escuelas que antes funcionaban hoy muestran signos de colapso. En apenas 18 meses, la nueva gestión recortó el mantenimiento y los resultados se sienten en cada rincón del distrito. Casos como el de la Escuela Técnica N.º 1, donde parte del techo se vino abajo por falta de reparaciones, y el Municipio tardó dos meses en acercarse a ver qué pasaba. El Polivalente de Martínez está en vigilia ante el proyecto de Ramón Lanús de abrir una calle justo donde hoy funcionan aulas y el comedor de la escuela. Sectores de la comunidad educativa temen que detrás del recorte haya intereses inmobiliarios. Los fondos que debían ser usados para reparar escuelas fueron redireccionados hacia otros programas, sin rendición pública ni evaluación. Mientras tanto, los chicos pierden su lugar, y los padres enfrentan una situación que exige respuestas concretas. La educación no puede esperar. Y la comunidad ya lo sabe: la desinversión en infraestructura escolar no es un detalle técnico, es una decisión política que pone en riesgo el presente de los estudiantes y el esfuerzo de las familias.
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