El Gobierno respalda a Bullrich y refuerza su postura tras las críticas por el operativo en el Congreso

La ministra de Seguridad justificó el accionar policial y en la Casa Rosada relativizaron los problemas. La dirigente ostenta uno de los niveles de imagen más altos y enarbola la bandera que se impone en la escala de preocupaciones: el orden
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 Era predecible. No hubo tirón de oreja desde la cúpula del Gobierno para Patricia Bullrich, luego de que justificara la grave herida del fotógrafo Pablo Grillo en su ideología, en lugar de apelar a la cautela y pedir que se investigue lo ocurrido. Al contrario, la funcionaria, una de las más elogiadas por Milei en público como en privado, que supo ganarse la difícil confianza de Karina Milei, fue condecorada simbólicamente, en privado.

La ministra, lejos de lamentar la muerte cerebral del cronista gráfico de 35 años, señaló que era un “militante kirchnerista”. Aunque ahora una investigación abierta -que momentáneamente está en manos de la Policía de la Ciudad- sobre el caso del joven que se encuentra internado en grave estado luego de recibir el impacto de una cápsula de gas lacrimógeno en la cabeza.

Bullrich recibió felicitaciones, a pesar de que empezaba a investigarse un caso de violencia institucional por parte de alguna de las fuerzas que liderada, luego de que los canales de TV mostraran los excesos de ayer, tanto de los militantes como de los policías.

Milei incluso retuiteó un fragmento de la conferencia de prensa que brindó Bullrich esta tarde, donde defendió sus órdenes ayer: “Todo estaba preparado para generar este nivel de violencia (...), por eso tomamos la decisión de operar y dispersar desde el primer momento que comenzó la marcha", decía el mensaje que reprodujo el Presidente de la Nación.

El discurso del Gobierno, tras el caos de ayer, sin fisuras ni admisiones de responsabilidad, se enarboló en una férrea defensa y contraataque, sin admisión de errores y sin dejar lugar a las dudas. Se enfocaron en la línea del golpe de Estado que adelantó Bullrich anoche y que retomó con mayor fuerza y tranquilidad hoy el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Y esta tarde, el ministro coordinador aseguró que la jubilada que cayó al piso por el golpe de un agente policial se cayó sin que la empujaran, a pesar de que aún no está claro cómo fue la actuación del oficial.

El Gobierno se enfocó exclusivamente en los desmanes de los manifestantes, la destrucción del espacio y bienes públicos y privados y las agresiones a la policía. Insistió durante el día después del caos, con asociarlos a las barras de fútbol. Y por lo bajo concluyeron que la escena en general, con quema de patrulleros, robos a vehículos particulares y destrozos en las calles de la Ciudad, además de las agresiones a la prensa, fue positiva desde el punto de vista político, de imagen, para el Gobierno.

La ministra de Seguridad quedó en la mira de la oposición -el kirchnerismo, el ala dura de la UCR- por el operativo de ayer. Y hubo, incluso, pedidos públicos para que renuncie, aunque no en la voz de los principales dirigentes. Por ejemplo, el intendente de Lanús, a quien Bullrich había mencionado indirectamente como jefe del fotógrafo herido. También se promovió una campaña en redes sociales con el hashtag “Renunciá, Bullrich”.

Todo eso fue música para los oídos del Gobierno, donde la defendieron -y defenderán, dicen- a rajatabla, a pesar de cualquier desliz. Es la dirigente con mejor imagen positiva del oficialismo, que además enarbola, con éxito, según aseguran desde el Gobierno, la bandera del antídoto contra el desorden y la inseguridad, que lideran el ranking de las preocupaciones de los votantes en el año electoral.

Por ahora no hay señales de que Bullrich vaya a ser candidata, como continúa rumoreándose a pesar de las negativas repetidas de la cúpula nacional y de la propia ministra, que -¿aún?- no se afilió a La Libertad Avanza, como se esperaba hace algunas semanas y finalmente no ocurrió. Sigue formando parte de la facción de PRO que busca una fusión con la fuerza de Milei.

Ella misma se encargó de decir, en numerosas oportunidades, que prefiere mantenerse en un cargo ejecutivo y por lo bajo en su entorno deslizan que prefiere saltar de la Nación a la Jefatura de gobierno de la Ciudad en 2027. Así, les transmitió al Presidente y a la jefa de la campaña del oficialismo, Karina Milei, que estaba dispuesta a ponerle el cuerpo a la carrera de los candidatos libertarios porteños, sean quien sean. Y Milei dijo, en otras tantas ocasiones, que respetaría la voluntad de sus funcionarios.

En el Gobierno habían “comprado” el pack que ofrecía Bullrich, de dar acompañamiento sin aparecer en la boleta. Decían que lo único que importaría sería la marca de LLA, y que con una campaña presente de la jefa de las fuerzas y ex candidata presidencial de PRO sería suficiente. Especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, donde se realizará el primer mojón para los libertarios en el año de comicios legislativos; uno de los distritos más importantes del país a nivel simbólico y poblacional.

Ayer nadie hablaba de candidaturas. Pero sí cuidaban a Bullrich y le restaban importancia al mensaje que dio en una entrevista en TV cuando caía la noche y la calle aún estaba agitada, y apuntó contra la orientación ideológica de Grillo, que luchaba por su vida: “Este periodista, que dice ser periodista, trabaja con Julián Álvarez en la Municipalidad de Lanús y antes estuvo en el Ministerio de Justicia cuando estaba Alberto Fernández”, dijo.

Después, el intendente mencionado informó que no era cierto, pero remarcó, sobre todo, lo inadecuado que resultaba hablar en ese momento de la orientación política del fotógrafo.
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