En lo que para algunos es un avance institucional y para otros una amenaza a la estabilidad del sistema local, San Isidro adhirió al programa SAMO, impulsado por el gobierno bonaerense. Con este convenio, los hospitales del municipio pasarán a recibir pacientes de toda la Provincia de Buenos Aires siempre que tengan obra social o mutual.

El convenio fue aprobado con los votos de Ramón Lanús, Convocación y el peronismo, pese a la oposición de los representantes del possismo, que advirtieron el posible colapso del sistema.

“La situación actual ya es crítica. En muchas áreas hay desabastecimiento y pacientes que deben comprar sus propios insumos. Si a eso le sumamos una apertura indiscriminada, el sistema simplemente no lo va a soportar”, declaró un ex funcionario de Salud.

Para muchas familias de clase media que dependen de la atención local, esto representa un retroceso. “Ya no sabés si tu hijo va a poder tener cama. No hay transparencia en la planificación”, dijo Verónica M., vecina de Beccar.

Los hospitales de San Isidro, financiados con recursos municipales, fueron durante años un modelo de gestión. Hoy, su destino parece entrar en zona de riesgo.