Caminos rotos, obras vacías: la decadencia que avanza bajo nuestros pies
Calles destruidas, veredas imposibles y obras que no duran seis meses. En San Isidro, los vecinos de zonas antes cuidadas denuncian un abandono sistemático. Las promesas suenan bien, pero la realidad es otra
Para quienes viven hace años en San Isidro, la caída en la calidad urbana es evidente. Lo que antes funcionaba —veredas limpias, calles transitables, obras bien hechas— hoy es un recuerdo. En su lugar, hay pozos, grietas y arreglos que no duran. El municipio anunció la ejecución de más de 70 obras de reparación. Pero según vecinos de Beccar, Boulogne y Villa Adelina, las reparaciones son superficiales y no resuelven los problemas de fondo. En muchos casos, se trata de “maquillaje”: capas de asfalto sobre estructuras deterioradas que se rompen en semanas (Zona Norte Diario – 15/04/2024). Además, la falta de señalización y de planificación en las obras genera accidentes, embotellamientos y caos en zonas escolares y residenciales. Para las familias, los adultos mayores y quienes cuidan niños, moverse por el barrio se volvió un desafío diario (Grupo La Provincia – 22/04/2024). Lo que más preocupa es que la gestión actual no muestra indicadores de control ni estrategias de largo plazo. Solo hay anuncios sin sustancia, y obras sin calidad. El intendente Ramón Lanús ha sido cuestionado por priorizar intervenciones de bajo impacto visual mientras las verdaderas urgencias siguen deteriorándose.
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