Villa Adelina en alerta: entraderas sin freno y delincuentes que desafían alarmas y rejas
En uno de los barrios más tradicionales de San Isidro, los robos ya no sorprenden. Entraderas a plena luz del día y delincuentes que ignoran alarmas alimentan el temor y ponen en jaque la tranquilidad de los vecinos.
La inseguridad en Villa Adelina atraviesa un momento crítico. Lo que antes era un barrio tranquilo, con fuerte identidad comunitaria y tradición familiar, hoy aparece cada vez más en el radar del delito. Robos a viviendas, entraderas violentas y delincuentes que se mueven con impunidad conforman un escenario que genera miedo y hartazgo. El caso más resonante ocurrió en la calle Gobernador Castro al 1200, donde una familia fue víctima de una entradera que dejó la casa completamente desvalijada. Los delincuentes forzaron las rejas, rompieron una ventana y actuaron con tal rapidez y precisión que ni siquiera las alarmas del hogar lograron ahuyentarlos. Los vecinos confirmaron que la zona ya había sufrido hechos similares en semanas anteriores, pero esta vez el impacto fue mayor por la violencia y el descaro del asalto. No se trata de un caso aislado. Las entraderas se multiplicaron en distintas zonas del barrio, especialmente en calles internas con baja circulación. Los ladrones actúan incluso en horarios diurnos, sabiendo que las cámaras de seguridad municipales están ausentes o no funcionan, y que los patrullajes —cuando aparecen— llegan tarde y sin capacidad de respuesta directa. La sensación de impunidad crece. Como ejemplo, meses atrás se conoció que “More” Rial, figura mediática con antecedentes penales, fue detenida tras haber participado en varios robos a domicilios en Villa Adelina. La noticia generó repercusión nacional, pero para los vecinos fue simplemente la confirmación de una realidad que viven a diario: los delincuentes no temen ser identificados ni detenidos, porque saben que el sistema está roto. Vecinos consultados coinciden en que las alarmas, cámaras particulares y rejas ya no alcanzan, y que muchas veces los robos ocurren incluso con personas dentro de la casa. “Vivimos encerrados, mirando por la ventana, con miedo a que nos marquen o que entren sin importar nada. Eso no es vida”, dijo una residente de la zona en un grupo vecinal. A pesar de las denuncias y pedidos constantes a la Municipalidad, no se han implementado refuerzos efectivos de seguridad ni mejoras tecnológicas en el monitoreo local. Tampoco se perciben resultados en los programas como “Ojos en Alerta”, que los vecinos califican como una delegación encubierta de responsabilidades que debería asumir el Estado. En Villa Adelina, el delito avanza mientras la respuesta oficial brilla por su ausencia. Y lo que está en juego ya no es solo la seguridad material, sino la confianza en que se pueda vivir sin miedo dentro del propio hogar.
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